GOLPE Y TORSION
por CARLOS MONTES DE OCA

María Inés Rivera nos lleva a detenemos en el paisaje, a concentrarnos en un breve gesto que dibuja en el aire una trayectoria veloz. Estamos próximos a una respiración de mucho riesgo y equilibrio, a una torsión medianamente agitada donde se van fundiendo gradualmente cuerpo y velocidad.

Ahora nuestra mirada se proyecta siguiendo este trazado en el paisaje como una superposición de momentos e intervalos. Pareciera que este impulso va generando una constelación de ideas iniciadas todas de un solo punto, ideas que se van diseminando con este impulso certero que da el primer movimiento.

Un lanzamiento y golpe -que sostenido entre manchas, líneas, quiebres, claroscuros- se va repitiendo al unísono en la huella del grabado y nos arrastra finalmente al espacio del ser. Tal vez Salinger no lo podría expresar mejor: cuando llegué al otro lado sentí que empezaba a desaparecer…