Una idea
tras otra
Acrilico sobre papel de algodón
50 x 65 cm
Serie
Cicatrices
Ahora presenciamos sobre la expansión de las huellas y la materialidad del pigmento la confluencia de la naturaleza exterior e interior, masas que se cruzan al igual que los grandes pensamientos que a veces nos nublan con la potencia de un golpe de mar (V. Huidobro). Pero esta nebulosa no es obstrucción o impedimento, es la que nos permite rendir al máximo como la tirantez de la cuerda del arco desde donde seremos impulsados nuevamente en nuestra búsqueda.
Y nos enfrentamos a la simultaneidad de estas grandes superficies que bien podrían ser escenificaciones de los grandes deseos que también nos invaden, nos agitan para remecernos e impulsarnos a traspasar la gran muralla, allí donde confluyen todas estas emociones y experiencias, al borde del abismo próximos a soltar las amarras y dejarse llevar.
Después del ahogo y el espasmo viene otro momento más perturbador aún, el horizonte destemplado, el vacío y la soledad íntima donde el pasado inmóvil y monolítico se desmorona en fragmentos.
Ese espacio, casi bordeando la morfología de una cuenca oceánica o las irregularidades rocosas del Valle de la luna en el desierto, es el que nos recoge en estas grandes extensiones, pero sin dejar de ser un tránsito, una vía que nos encamina hacia otro territorio.
La constante insistencia en un proceso de yuxtaposición de formas va generando grandes tensiones entre el adentro y afuera, arriba y abajo. Color y materia son las premisas en el trabajo de María Inés Rivera donde confluyen zonas abstractas o zonas reflexivas, conjugando visiones y resumiendo la autobiografía como si se tratase de una ordenación visual del mundo (J. E. Cirlot).
Una idea tras otra
Texto curatorial por
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SANTIAGO _CHILE